sábado, 26 de diciembre de 2009

Mientras voy y vuelvo


Te regalo mis huesos
y el tendón que escribe
-mudo-
la rudeza de mis actos.
Te obsequio mis pupilas y pestañas
para acariciar los dientes
y la torpeza de tus pasos.
Te entrego mi lengua
-lasciva y prostituida-
ante el río inerte que desemboca en mi garganta.
Te regalo mis vergüenzas
rociadas con perfume de verano
y la fotografía de un verso
en racimos grises de agua.
Te dejo mis piernas
a veces agitadas, a veces cerradas
mientras voy y vuelvo.

martes, 15 de diciembre de 2009

Y te dosificas en flor

Vas dosificando los besos
y gota a gota
se deslizan
hasta el punto exacto
donde mis pies resbalan.
Te haces invisible en mis venas
y en estropajos agujereados
equivalentes a una carne de gallina,
tiesa y regalada.
Tras un sueño vespertino
corre el esqueleto
anestesiado como un animal sin pulso,
alucinando en la caída del sol.
Voces inconscientes
en un movimiento de decorticación,
festejan un bostezo elemental
en santidad y exorcismos banales.
Y va amaneciendo;
y se van estrujando las tablas;
y llegas en el alma de una flor
que sopla,
así como tus besos,
una quimera ajena a lo que soy.

Sentada en el mundo

Pude ver nubes pintadas de lágrimas,
un saludo plagado de encantos marchitos
pero no vi el adiós que entregó tu soledad.
¿Qué más da rociar con verbos una explicación
o levantar adjetivos a un sinfín de dudas?
Simplemente,
no soy una vocal.
¿Qué sentido tiene hacerle el amor a una historia
y llorar al envenenar su verdad?
Simplemente,
deseo moverme como tú.
Pude ver que no soy yo
aquella que va y regresa.
Pude ver que no es el lugar
sino el instante
que señala,
una y otra vez,
que quizás
me equivoqué.
Sin embargo sigo aquí sentada
con la convicción de que lo que parece ser
no lo es.

lunes, 7 de diciembre de 2009

A mi primo

Muerte, no deshagas el tiempo
acunado en sus manos morenas
que dieron vida a tres soles cubiertos de mares.

Entre barcos que laten hoy ante el regreso
de voces descalcificadas de lágrimas,
simplificas el dolor en una expresión de vida
vista por otros, como la lejanía de lo que él fue.

Muerte, haz de ti una coma,
una pausa que no desgaste el sentimiento
y que prometa, arrodillada ante una playa
que el amor y la vida son más que tú.



A mi primo Mauro Cisternas Fuentealba, fallecido el día 03 de Diciembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

Soy muda, pero quisiera ser sorda

Tal vez llegué tarde al festín de insomnios
mientras apagaba el cigarro en el borde de la ventana.
Quizás el tiempo no borró las huellas
escondidas bajo la hoja manchada de café sin azúcar.

Soy muda.

Y en mi silencio obligado,
suelo gritar notas repetidas
(saberlas repetidas me hacen gritar más)
que se aplican a la mitad de la escala musical.

Quisiera ser sorda y no muda,
quisiera oler y no sentir el aroma
que emana,
raspante
tu espera.

Quizás llegué tarde,
quizás antes de tiempo.

¿Pero antes de qué?

Antes de ella,
del tiempo.

Antes de que se acabe el vino
que servimos en una copa trisada,
con la certeza de que al quebrarse
desmoronaría la sangre que mañana,
inevitablemente,
brotará de nuestras manos.

Sigo muda,
queriendo ser sorda.

Sigo esperando,
queriendo partir.

Habita el tiempo en mí

Me cansé de señalar la grieta de un muro
cuando atrás hay un extenso valle
de soles besados por tu ausencia.
Recórreme en el viento que se viste de otoños
y habita la dermis que saborea
la arbitrariedad del tiempo.
Exclama con punto y coma en el veneno
que inocuo, yace en mi vientre.
Déjate caer en la punta de mis dedos
para levantar en un suspiro
el aliento que al son de una gardenia
contempla el bolero de una noche sin oscuridad.
Habita el roce y la fusión de gemidos
que atrapa el nosotros en un ente sin razón,
sin deseos ni placeres.
Un ente que recorre, al partir
lo que no quedó de ti ni de mí.

domingo, 8 de noviembre de 2009

En tus manos


Es de soberbios alzar un grito ante una muralla
y desobedecer al amo del concreto
que en el abstracto de su idiosincrasia
se evapora en el sonido.

Tras el choque que sufrí en la oscuridad,
perdí las manos y los pies.
Colgajos de tendones
se hundieron en los huesos astillados
que acariciaron tus ojos y los párpados del sueño.

Sólo la boca se hizo presente e indemne ante tal destrucción.
Con ella me desangré
hasta perder la lengua en tus rodillas
y resignada al vaivén de mis arterias
me entregué a tus brazos.

Regresé…
y en el regreso que coaguló el beso de despedida
servimos una copa que no era tuya ni mía.
La copa de una virtud que no llegó,
de una esperanza que se perdió en la orilla de un mar sin nombre
y con el paso corto y cansado,
ofreciste tus manos a mi alma.

Con el corazón entre las uñas,
pudiste comprender que se estrujaba
y fuimos nosotros, no ellos
quienes amamos la penumbra de un mundo
que ante tus ojos,
decapitó la vergüenza y el espanto.

De formas diferentes

De formas diferentes
conozco el lazo que retiene tu aliento a mis caderas.
El séquito de plateados fluidos
que descienden al abismo,
al vacío palpitante de una pared sin muros,
regresa a besar el vientre que alimenta el calor
y el deseo de beber las ansias.


Somos algo,
un eterno y mortal,
una caída y una extraña necesidad.
El verbo y el adjetivo de roces descalzos,
una playa y una estrella que se posa en mi pecho
para nacer en un grito que pide más.


Amanece
y en el vaho de tu aliento
se desprende un dedo que apunta hacia mi cuello.


Y es así, como en un acto innato de dependencia
me esclavizo a la química de tu sudor
y a la erótica admiración de tus pupilas.

lunes, 26 de octubre de 2009

Sin razón ni arrepentimiento

Nació la confusión al interior de sus entrañas cuando adivinó que la muerte no era más que polvo. Tal vez pensó en cobijar el dolor de una mentira, abandonando los ejes colectivos que nacieron de aquella cruel verdad sin embargo, alcanzó a ver entre la rendija de la puerta que la sangre era también algo nuevo, más roja de lo que pensaba.

De vez en cuando se cruzaban imágenes de escenas que arrastraban gritos resonantes y golpes que desvalorizaban su integridad de ser humano, la cual se resumía a un par de zapatos comprados un par de meses atrás con el dinero que había hurtado de una vieja hipócrita que solía saludarlo por las mañanas, pero que en realidad deseaba verlo muerto y arrastrando sus harapos alrededor del río que quedaba cruzando la calle. A fin de cuentas, sabía que ese sería su destino. Aquella voz no mentía y reclamaba la conciencia que se perdió hace algunos años, cuando descubrió que la imagen paterna que yacía en sus ojos, noche a noche se transformaba en un motivo envuelto de tactos y grasas sudorosas. Aquellas noches que dentro de la impotencia de su llanto sentía placer culpable y una desmesurada rabia que se derramaba hoy, frente a sus ojos y bajo sus manos.

Dirigiéndose a la habitación que enmarcaba la tormenta sangrienta y ansiosa, sacudió su cabeza intentando buscar una pizca de conciencia, quizás una explicación para comprobar que no era él el culpable de la bilis derramada sobre el piso. Casi en un gesto de clemencia se acercó al rostro de su madre, viendo en ella algo más que un cofre de sueños vacíos. No fue arrepentimiento, no fue dolor, ni siquiera un poco de amor. Sólo fue un beso de despedida y de súplica, preguntándole por qué aquella voz continuaba gritándole que jamás lo quiso. Cinco años atrás la amó, cuatro años atrás le tuvo miedo y hace un mes la odiaba.

La otra figura que trepaba el suelo agonizante era la de su padre, el miserable cuerpo que bebió de sus entrañas tanta basura desperdiciada en sueños húmedos y en una vida arrancada desde un tiempo que no pudo recordar. Lo miró de lejos con un leve desprecio y al mismo tiempo con tranquilidad. En ese instante no pensó, sólo desvió el rostro y vislumbró una lágrima en su mejilla. ¿El aplanamiento afectivo era real o simplemente un síntoma encontrado en libros y que comúnmente oía entre el personal médico durante sus internaciones? Era una lágrima si, una gota de agua salada que quitó con su mano izquierda.

La noche no era del todo oscura y decidió visitar el río que cruzaba la calle. En medio del caudal respetable y orgulloso, la imagen de lo que parecía un ángel lo llamó. Mientras su respiración cesaba entre burbujas de agua y un zapato viejo que se enroscó en su cuello, aquél ángel lo perdonó y así se dio cuenta de que la muerte era más que polvo. Era un ángel, un río y un zapato.

jueves, 22 de octubre de 2009

Son las ocho de la mañana

A veces la inocencia
se torna el blanco perfecto de una resignación
y la oscuridad
deseable y placentera,
presiona un destino que se convierte en un susurro.
¿Es suficiente clamar por un minuto que no avanza?
¿Es necesario pedir ayuda y gritarle al propio eco?
-Si aún te importa, no me lo digas-

Lo etéreo se desvanece en un sabor conocido
y termina cantando una melodía que suena a desperdicio.
-Amour-

Título de revista encontrado en un basural:
¿Alguien ha visto a mi bebé?
Una cucaracha camina por la letra “A”,
“a” de abajo, “a” de amigos,
“a” de almacén, “a” de a…
El “A”lmacén de la esquina está vacío,
ayer cerró por quiebra, dejaron de vender cigarrillos;
Aún tengo uno en mi bolsillo, en realidad, la mitad…
Todo lo tengo por la mitad,
hasta la puta conciencia… ¿Se nota?
-No respondas-

Hoy saldré a correr
y al llegar a la esquina,
volveré a casa y dejaré de pensar un minuto.

¿Sabes?
Los ángeles no vuelan, ¡ni siquiera corren!
son unos malditos holgazanes,
llegan a la esquina y se devuelven a su casa.
Lo sé, no es lo que estás pensando
pero yo lo creo,
yo lo vivo.


Son las ocho de la mañana,
hora de volver a pensar como tú,
como todos.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Mariposas en luna llena


Te invoqué en el espejo
cuando una mariposa,
posada en su metamorfosis,
bebió el color de tu pecho.

No sé si dejaste tus manos en mi espacio,
ni si tus ojos lloraron la saliva que engendré en tus labios.
No sé si la luna llena dibujó tu aliento en mi vientre
cuando en un beso, escribiste mi nombre.

Una cama de nubes,
tejida con plumas entre tus dientes,
llamaban el instante que nació en mi espalda,
enlazando en mi lengua tu columna,
empujando el aullido de tu ojo acorralado.

El embrujo de una mariposa,
aquella que tomada de tus cabellos,
aún revolotea bajo la dicotomía de mi sueño,
me mostró que soy yo
el dulce dolor de tu noche febril.

jueves, 8 de octubre de 2009

No te conoci antes y no viví para perdonarte

(A quienes nunca supieron que alguien existió)


Se fue la vida intoxicada en verbos
cuando en el sollozo de mis latidos
sucumbí ante el regazo de tu incredulidad.
Supe de tu infierno y tus desventuras,
caí sin retroceder entre el veneno
y en una mirada de reojo al infierno
se desvaneció el tiempo.
Aquél tiempo que tejió mis venas,
que te sonreía a instantes,
aquél tiempo que te abandonó.

Sé que me dibujaste sobre un ombligo virgen
mientras mordían tu inocencia
y que el llanto sobrepasó el vacío de una vereda.

Arruiné lo que tus diecisés otoños
preparaban al terminar un verano,
caminé sin rumbo hacia una cuna inexistente,
hacia un sustantivo sin nombre propio
y entre el canto de un pájaro que parte hacia el sur,
me perdí.
Desvié la mirada y mis manos cayeron a tus pies,
me pregunto si me pensabas,
si acaso tus párpados soñaron
con el trinar de un día de abril,
o si mis labios serían tus violines
alados y hambrientos de admiración,
arrullo de besos sin prejuicios,
sin intenciones de imaginar la realidad.

Sé que me querías,
sé que tu calor abrigó mis ansias,
que tus miedos,
aquellos habitantes de sombras
resucitaron el vicio
y el deseo de perderte entre canciones inconclusas.

Quiero sentir
que en ese lecho no existió el arrepentimiento,
que sólo sucumbiste ante el intento de ser tú
y de acariciar el alma de quien no te amó.
Quiero pensar
que no supiste de mí ni de estas palabras,
que no imaginaste el cielo que te entregué mientras dormías.

En mis semanas sellé una página,
una página sin nombre, sin tiempo
y sin registro en el mundo que tú creaste.
No quise destruir tus sueños
ni abandonarte.
No te concí antes y no viví para perdonarte.

domingo, 27 de septiembre de 2009

No es mi intención molestarte

Lanzo mis versos hacia el silencio
y en la complejidad de una sorpresa,
se aferran al metal que tiñe mis dedos.


No es mi intención molestarte,
pero no consigo encontrar - nos -.

Es mío tu vientre, Virginia

¡Virginia! souvenir de pieles en abismos
que se aíslan en el retroceso de un beso.
Arrebato de espejismos blancos,
tranparentes y ocultos bajo los brazos
que acurrucan marcas de caricias
atadas a un segundo que no es tuyo.


¡Virginia! te llamé entre manos agrietadas
y no encontré más que lenguas;
una copa envenenada de sudor
y un roce de dientes entrelazados.


Usurpé tu nombre y lo abracé a mi cintura.
Tropezando un par de veces en los hilos de sábana
que vistieron la semilla de mi ausencia,
te dibujé una mañana sin nubes
y una flor en el vientre que ayer tuyo,
hoy es mío.


¡Es mío tu vientre, Virginia!
Mío, como el acento que grabé en tu ombligo
al besar el borde de tu pelvis,
como el lecho agridulce que tejí al beber tus dedos.


Palpo las ansias que nacen en tu soledad
y me pierdo en el fuego que morirá en tu olvido.

viernes, 4 de septiembre de 2009

No fui programada para fingir


Te sumerges revoloteando
en la relajación de mis esquinas.
Viajas en tu terquedad,
-ilusionado-
sonriendo una victoria estancada en tu entrepierna.

...Pausa…

Insistes en resucitar los gemidos silenciosos
y yo,
montada en la capacidad de tu humanidad,
rasgando la pintura que enmarca mis sentidos,
despierto.

Consigo rozarte
sin penetrar el colchón bajo tu espalda.
Así naces bajo mis uñas
y yo muero en tus caderas,
tropezando en ojos cerrados
y cayendo por el costado de mi garganta.

Has cumplido al embestir mis extremos,
extenuando las razones
que arrastraron la cama hacia mi espera.

Desabotonando un beso
-te repito entre alientos-
que no fui programada para fingir.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Desarmonías cromáticas

Incendio las memorias
en un fulgor de fe empedernida.
Se oye la naturaleza de mis vergüenzas.
Rogando, a quien no perdona
la misericordia que perdí
en aquel lugar que iluminó sus sombras,
sucumbiendo a la partida de los ojos
que no callaron tras el porta retrato.
Hoy duelen sus pedazos,
aquellos gritos que quebraban sueños
se mezclaban en la sopa sin sal.
¿Olvidaremos el llanto prostituido?
¿Se borrará la sangre
que cubrió tus sábanas viejas?
No puedo oírte desde tan lejos.
Por más que grites
no alcanzo a pedirte perdón.
Mañana me levantaré temprano
y pintaré una piedra en tu nombre
desarmónica e infantil,
única y constante en sus matices.
Empolvada de flores
dibujaré el cielo que te prometí,
el que se nubló en la despedida
secuestrándote la sonrisa,
firmando el contrato que pisó el infierno.
Abandoné tus zapatos en la calle,
sin pedirle permiso al grifo de la esquina,
-pensándolo bien, no me despedí de él-
Te entrego mi copa rota,
¿Sabes?
-la quebré adrede-
tiene unas manchas de sangre,
tal vez un colgajo de piel en el borde.
Te la regalo,
será nuestro pacto.
Y si miras a contraluz,
el rojo cromático del cristal
escribirá mi nombre en la pared,
y el retrato de cuatro sombras abrazadas
sanará el dolor de tus labios.
-Te lo prometo-

(A quien me dijo: “Se puede perdonar, pero no olvidar”)

lunes, 24 de agosto de 2009

Bebiendo cenizas

Compadezco al cigarro que yace en su cenicero,
compartiendo su mortalidad.
La humanidad los aclama,
los llora, los pelea;
mata por hallar el camino que arrastra sus cenizas,
hasta consumirlos
acabados,
solos...

Comeré de las cenizas que se estrechan.
Diluidas en alcohol, encenderé la fe
y beberé lo consumido,
lo apagado.

Me alimentaré de dinero,
de las frustraciones y la preocupación.
Celebraré casamientos y bautizos
compartiendo alegrías y complicidad.

Mi esófago apaciguará el cigarro del asesino
que viola a su víctima con el filtro apegado a sus labios;
el de las vírgenes
que fingen hacer el amor en sus pulmones.

Beberé las cenizas de las prostitutas
esparcidas y húmedas de fluidos,
rasgando mi garganta en mitades sin definir.

Esconderé entre los dientes,
el humo que nació con las escolares;
levantando sus faldas desvergonzadas
que buscan ojos de párpados entreabiertos.

Así bebo el llanto de su desesperación
y el secreto de tus días interminables;
mientras fumo el último cigarrillo del día.

Mi Palco



Si tal vez soy capaz de distraerme cuando juego con mi propia vida
puedo aniquilar las palabras,
incluso las mismas frases que intento lamentar.
Puedo dar amor y renacer cantando,
quizás abofetear al tiempo
y caminar
por el borde de la arena que sigue mi sendero.
Soplar en una hoja en blanco y escribir mi aliento
Escuchar...
escuchar algo que no quiere dejarse oír
¿Es locura?
¿Es absurdo pedir que la sombra se enrosque en mi cintura?
Prefiero espinar mi vida,
lanzarme en una cuerda floja
y gritar hacia adentro.
Decidir que no me importa
y que la humanidad que cerca mi destino se haga historia,
se haga incluso muerte.
Quiero negar que pienso, que pregunto.
Mi palco se inunda de mis desventuras
y de la sal que se mece en mis epicantos.

viernes, 14 de agosto de 2009

Infierno sin garantía




Soy tu infierno,
el que se desvela al revés de tu vida
y arrasa con el extremo de tu sensibilidad.


Soy la ley
que decreta el luto de tus latidos,
amargándote los sueños
y silbando la muerte en tu oído.


Alcancé a tallar en tu columna
el escalofrío de mis entrañas,
armando la mentira
que reclama la sombra de tu olvido.


Soy la vacante dispuesta,
el límite exacto de la asfixia,
la que despierta al terminar el día
-con aroma a muerte-
sin derecho a cambio ni garantías.


Agosto de 2009

martes, 11 de agosto de 2009

Reflexiones de una futura enfermera

Tal vez la existencia de mi propio individualismo me lleva a pensar en la razón que delimita mi estadía aquí. Sin embargo, imaginar que me alejo de lo que vivo día a día, nubla la posibilidad de extender el horizonte que yo misma, juzgo como el único camino a seguir.
Analizar el entorno que se abalanza ante la inminente resaca de un sistema sin sentido que no intenta ocultarse y que, al contario, muestra la crudeza de intensos desatinos, consigue instaurar el elevado desamparo del alma que clama el roce de unas manos o el susurro de un segundo que, a pesar de lo ridículo que pueda pensarse, determina una sonrisa que quizás, eleve las ganas de vivir y no dejarse derrotar.
Es sabido que la enfermedad deja entrever la vulnerabilidad de un individuo el cual, ante la desgracia que lo obliga a enfrentar la absurda realidad de ser quien ayer solía ser, entrelaza los días pálidos y las paredes inertes de una sala de hospital. El tiempo se estira y se encoje, se detiene y avanza a instantes, se cuela entre las batas blancas y los tubos que perforan la indemnidad de su dignidad ahora ultrajada, mañana extinta.
¿Por qué nos cuesta entregar la “palabra de aliento”? Quizás porque tememos decir lo incorrecto o tal vez, avanzar hacia el miedo que yace dentro del cofre tendido en aquellas camas, hacia la angustia que brotarían de lágrimas a las cuales prometeríamos una salvación que se resume en la pausa para alcanzar la paz y el descanso de un sufrimiento que va más allá de la misma enfermedad. Esa pausa que promete una vida eterna, una entrega desmedida a la fe que no es nuestra, que no es mía. Determinar que al cerrar los ojos, el latido que entrega sus signos vitales se torne el fracaso de aquello por lo que luchamos y por lo que hemos sido formados. ¿Hasta qué punto vale la pena salvar una vida? Cuando en realidad, la decisión ni siquiera es nuestra.
Sólo resta respirar hondo y consumir aquél aroma de hospital, aquella mezcla de vida y muerte, de silencio y agonía, de alegría y de tristeza que inevitablemente llevamos a cuestas y que por más absurdo que resulte en ciertos instantes de nuestra vida, se acumula en el alimento que nos lleva a elegir lo que hacemos y a seguir adelante sin temer al enfermo que sufre, si no a nuestro propio desprecio ante el dolor ajeno y al inevitable contacto de la muerte inminente, tan ajena a nuestra propia vida y tan presente en aquella cama, al fondo de la sala de un pasillo lleno de nada.


Danae Alvarez Cisternas
Agosto de 2009

jueves, 6 de agosto de 2009

Te pinté en las piedras




Quise definirte bajo las cartas desteñidas
y dormidas en la inocencia de tu aliento,
mirar hacia el interior de tus ojos
y respirar el sabor de tu beso.

Quise,
-en el anhelo de mis emociones-
fusionar mi existencia junto a la tuya,
imaginarte en la arena que me alimenta
y pintarte en las piedras que abracé.

Mirándote en aquella llama,
se quebraba el cielo, dividiendo mis mundos.

Bajo la sábana y sus manos
te viví y te soñé.

lunes, 3 de agosto de 2009

Sueño de infancia


Me ahogué mil veces allí.
Regresé al vacío para recordar
y sentir que no había nada.

¿Lágrimas?
No.
Era agua, era niebla.
Era el llamado de lo que busco
y aún no encuentro.

miércoles, 22 de julio de 2009

Veneno en cobre tinte


Acumulo la risa en el éter que,
cuajado de quebrantos ondulados,
desmorona el tiempo mal nacido
bajo la tormenta de una visión.

Hechicera…
¡sí!,
¡majestuosa elegancia que adulo tras mis pasos!

Tras el vacuo insomnio que llena el infierno
se recuesta la pesadilla y el sueño.
Sereno y multiplicado,
el miedo evoca al aliento que,
en su hedor de plegarias añejas,
tejió el que hoy es mi lamento.

Hechicera…
¡sí!
¡sediento encanto de inocencia perdida!

¡Mía, mía, sólo mía!
¡Tan pura como el vaso que bebió tu nombre!
¡Tan anegada como el pulcro viento
que se viste no de oro, y sí de cobre!

martes, 21 de julio de 2009

El catre bajo mi espalda




Es en un vuelo
donde se tocan los pecados.

Montados en cinturas ondulantes
se golpean los séquitos llenos de piel
que en sus colores azules y violetas
derraman en mi vientre la acidez de sus esencias.

Es en los pechos
donde se guarda el umbral del deseo.

Sangra en dolor y en lenguas descalzas
padeciendo en la agonía de las mordidas
el sombrío cetro de su erección infernal,
tatuando el camino que saborea mi saliva.

Te arranco la boca que cubre mi entrepierna
esculpiendo en la lengua,
la silueta de la celebración de mi orgasmo.

Mientras tu mano alcanza el catre que tiembla bajo mi espalda
las uñas de mi carne amoratada
se clavan en la perdición de tu columna en oleajes penetrantes,

entregándote mi gemido,
mis aullidos de perra en celo,
que resecan tu vientre
alzando el grito de tu alarido en mi cuello.

lunes, 20 de julio de 2009

El albedrío de una demente






Hoy me siento ante el color de la desdicha
y aquella sonrisa que solía caminar entre mejillas
pertenece hoy
al crepúsculo de un día de Julio.

El talante de los transeúntes
se viste de chubascos y temporales que abofetean
en mudos gritos, ahogos, y tristezas
la sal que reseca mi cordura.

Y así transcurre el dolor
como protagonista de un circo de la vida,
escondiendo en la farsa de risas y alegrías

la sangre de la herida
que dibujó el roce de mis labios
al besar el borde de sus dedos.

He vuelto a fallar a favor de mi demencia
en la pretensión de ilusionar en una mentira
las manos que protegían mi avenida.

Es el juego de siempre
lanzando mis zapatos al abismo,
durmiendo en los rieles del tiempo,
desangrando los ojos ante el sol.

Si pudiera mantener vivo
el silencio de la distancia,
lanzaría la semilla de mi intuición
a la plegaria de sus pensamientos
para hacerla parte de mi ecuánime albedrío.

domingo, 12 de julio de 2009

Con el fusil en la entrepierna




“Y en un intento
sacrificó su verdad”

Dándole la espalda al respeto
aceptó el castigo,
aquél que le respiraba en la nuca
gritando, azotando,
hablando de perdón.

…Seguía oyendo…
El fusil cargado le sonreía,
enfriaba la entrepierna
abandonada años atrás en un par de alas
que migraron hacia la memoria de un senil callejón.

…Miraba a la nada…
La sombra le contaba historias
empapando las paredes
de calles, avenidas y veredas,
de serpientes, pesadillas y camas vacías.

…Escribió una nota…
Dedicando una línea a su boca
le agradeció el calor de labios ajenos;
a sus manos
les prometió ser dueñas de lo que quedaba;
dándole a su alma
la maldición de haber amado a ciegas
a unas alas que al migrar al olvido
abandonaron la esperanza.

sábado, 11 de julio de 2009

Límites agorafóbicos


Dame una razón
para seguir el rumbo hacia atrás,
arrancando la cerradura
de un cambio irreversible.


El ahogo de un germen ridiculizado
dentro del miedo al mareo,
a las flemas, al vómito descerebrado.


Soy la gran mentira de un diástole,
la absurda contracción de un orgasmo
representado en la influencia de mis pupilas.


Me atraganta el miedo
al sudar en el licor de sangre ajena
y es el réquiem de mi muerte
la ilusión del dolor arrepentido.


He hechizado a la única luz
aquella dulce, sin acidez ni amarguras;
fui parte del engaño a una multitud
miembro de la desnudez en emociones
rodeando cuerpos, músculos y huesos.


Fui la flor, la tierra, la diosa
sumergida en escarcha invernal,
en delirios y nudos de angustias
atragantada con plumas de ángeles
golpeada por el paraíso
destronada…
por el poema que hoy escribo.

Dibujándote


Te descubrí sin querer
entre la lluvia que emborrachaba el incienso;
aluciné en lo cotidiano
…deslizando el aire
aminorando mis marcas…

Te atrapé en un poema
que sentía presente en los minutos vividos;
sentada junto a una pluma
que en suaves melodías
cantaba a tu nombre.

Desperté junto a la esencia
acunando entre mis brazos a tu soledad;
envolví los besos que revoloteaban
sudorosos y llenos de amaneceres.

Sembré mi destino en tus virtudes
alejándome del reloj…
que con su arena contaba
-mudo y atónito-
cada caricia de tu mirada.

En mi espejo


Me pregunto
si en tu mundo se alcanza una estrella
o si en la sombra se auscultan promesas;
si existirán ofrecimientos redoblados
junto a juramentos que pavimentan
cementerios profanados.


Olvidarán,
en tu universo,
que son mortales aquellas esquinas;
ultrajadas por bostezos de santos sin nombre
a la mirada esquiva de un Dios
que ni siquiera en estos versos,
se hace hombre…

Einsamkeit (soledad)


¿Me hablas a mí?




Doy vueltas alrededor de mi misma
sin encontrar el inicio ni el fin.

¿Alguien más se percata de mi existencia?



…Giros entrelazados…
casualidades vívidas en un cuarto,
un tercio o la mitad de una circunferencia
jugando con mis latidos, azotando el paso.

¡No me hables!



Desintegras el eco de mis historias
((un carrusel, una avenida
un payaso sin maquillaje
es el circo que emprende el viaje))

¡Aléjate de mis manos!

…No puedo ahuyentar la gloria de tu voz…



Me atrapas en el colapso de venas ingurgitadas
que se desatan en la simplicidad de un deseo;
impotente desequilibrio
de lucidez en un vómito turbio.

¿Por qué sigues hablándome?

¿acaso no ves que me reduzco a lo absurdo?



Presa de una realidad únicamente mía
que no merece entendimientos;
ahuyentada con espinos
obligada a vagar entre pasillos.

¿Pretendes guiarme?



…Las direcciones llevan a la mazmorra…
el calabozo de paredes blancas
arrastra un cáncer con hedor a epidemia
alcanzando el haz de la única luz difuminada.



((Sólo tú y yo sabemos quien soy))


Una silla en medio de la nada,
una risa callada en la multitud de rostros asustados;
una voz agónica sin esperanza,
un cuerpo meciéndose en la lluvia de la mañana.

jueves, 25 de junio de 2009

La cruz de mi pecado


Es la cruz
el castigo de miradas prohibidas
del acecho, del silencio
el olvido incierto de tu cuerpo de miel.

Naciendo entre una nube de polvo
asfixiando el tiempo, contando los segundos

((somos dos, casi uno))

los que caminan con pecado
… tildando el gemido de tu mundo…

No es amor,
no es capricho ni la fidelidad de la ternura
es el juego de una noche
…es el escape de la locura…

Aleluya


Rocé tu piel
y en un llamado secreto
en tu vientre se levantó el beso.

Era la fe de mi deseo
viajando...
en un suspiro errante del cielo raso
desplegando en tu boca
la bandera de mi cuerpo sin nombre.

Desaté la corbata del tiempo,
arranqué cada botón
de un bendito girasol de amalgamas.

-Somos cómplices-
de un crimen por pagar,

el secreto...
de piernas entrelazadas,

vaivenes...
fricción de incandescencia del matiz,

el quebranto...
de un gemido angelical
dibujando en tu boca
el clamor de un Aleluya...

Desde mi vientre


Sentada en el umbral del mundo,
oyendo la cortina de rocío
que siembra gestos de una flor salvaje,
oculto el orgullo por encima del sol escondido.
Bajo la melodía de un acordeón abandonado
nace el haz de luz de una ansiedad de esperanza,
iluminando desde mi vientre
aquella marca de perdón arrepentido.
A lo lejos se divisa el mar
ajeno a la cortina de rocío,
que entre mis manos
-insólito cielo esparcido-
escurre la madrugada en fuga.
Aquél camino de antiguos veranos
aniquilados en el verbo de una vida inconsciente
estremecen el viento en mi interior
y yo,
la princesa destronada de un mundo paralelo
se desvanece…

El día que decidió no avanzar ( A mi padre)

El día decidió que no avanzaría;
Una lágrima, quizás sin sentido
cayó a la sábana que días antes
cubría los últimos suspiros de tu vida.

¿Es locura pedir explicaciones,
cuando sabes que nadie responderá?

Cuando vi al ataúd llegar
deseaba que no fueras tú.
Las miradas de compasión ante la figura infantil
ansiaban una reacción ante tus manos inertes.
Un beso, casi obligado
me llevó a viajar por el frío de tu mejilla
y aunque esa frialdad sin comparación
recorrió cada recuerdo de tu sufrimiento
blasfemas ante los espectadores nacieron de mi boca.
Reclamé a la injusticia,
a la distancia y a tu muerte prematura.
Tantas miradas enmudecidas
tanto llanto sin poder callar a una criatura
que ante tal desesperación,
su entendimiento viajaba en gritos de angustia.
Reclamé a Dios, a su absurda misericordia
¿Debía pedir perdón?
¡era mi padre el quien yacía en ese ataúd!
A lo lejos,
una melodía estremece lo que queda de tu rostro,
alguna frase que rompía los esquemas de un día lluvioso
y el miedo irremediable
de olvidar tu voz.

jueves, 11 de junio de 2009

La huella del estandarte


Es la noche
a la espera de un juicio,
el profeta anhelado
sin cuento y sin espíritu.
Es la luna apagada
mi sol, mi delirio,
el precio pactado
de los ojos surcando el abismo.

Son los pasos
de un viejo estandarte,
el cansancio del mundo
del tuyo y el mío... siempre distantes...
Son carcajadas olvidadas
apagadas en besos ondulantes,
el vidrio empañado
de tu llanto y de mi sangre.

Fuimos...
la visita inesperada,
la obertura del espectáculo
lleno de gozo, lleno de...nada...
Fuimos...
un futuro que hoy se apaga,
tu vida y la mía
en las huellas de una playa.

jueves, 4 de junio de 2009

El niño del pasaje

Oscurece en el subterráneo de los olvidos
de los pesares, de los estallidos.
Sellado a una suerte incierta
imaginaria e inconmensurable penitencia.

Con la pared extendida y los sueños aplastados
el suelo recoge el llanto quebrantado
con los pies azules y descalzos de ternura
descansa el hambre, el recuerdo y la dulzura.

¿Será el suspiro la saciedad de su escultura?

teñida, solitaria e indeseada
desbocando la condena perfumada
con olor a invierno y a lluvia sin lavar

¿Será el remanso que ha de caminar?

Sus ojitos llenos de miedo vencido
derraman ríos y mares en el asfalto esparcidos
resignado y rendido a la absurda condición
de ser sólo un muñeco de satisfacción.

Son siete las desdichas que lleva a cuestas
siete inviernos de injustas apuestas
tazadas en un pasaje húmedo e inmundo
en el hogar de un niño sin pasado y sin futuro.

martes, 2 de junio de 2009

Balada de un burdel

Tengo un infierno desvelado
una promesa agotada,
un sendero que me lleva
a la esperanza añorada.

Con el orgullo intacto
serena, caminando,
se detiene el cielo
en la perfección del viento.

Es la balada inalcanzable
aquella de los burdeles,
hoy dormidos en las calles
que se alimentan de papeles.

Es el silencio del jardín,
son los nardos pesarosos
ocultando el dolor
de los llamados tormentosos.

Es mi recuerdo,
el puñal de los años,
desvaneciendo el poema
de este escrito desgastado.

Viva chile

Brindo por los años añejos,
por el pan amasado en horno de barro
la lluvia que destiñe las calles
y el vino dulce de mi viejo barrio.

Elevando un volantín en septiembre
se viste la tierra de blanco, azul y rojo.
Es la gente de mi pueblo
la que canta y toma chica, ni tanto, ni tan poco.

Son los borrachos que brindan por la patria
persiguiendo el cacho que circula por la fiesta,
es mi sangre, alborada de la dicha
que danza, con un pañuelo blanco en esta brisa.

¡Brindo!, dijo mi vecino
¡por el ponche de tu casa!
y de tanto que le dije asombrada:
¡deje de chupar, compadre!
me preguntó: ¿ y por qué no le dice eso a su hermana?

¡Viva Chile, mierda!
lo digo con orgullo
porque es mi vida la que queda
en este suelo, tan mío y tan tuyo.

martes, 26 de mayo de 2009

Tanka (Consta de cinco versos de 5-7-5-7-7 sílabas.)

Tu voz me arrulla
alejando los miedos.
Entre mis manos,
que celan esa boca
me pierdo en el silencio.

lunes, 25 de mayo de 2009

Haikus

Es mi petición
salir del desperdicio
de nuestros pasos.

Entre tus piernas
despierto al anochecer
saciada de ti.

sábado, 23 de mayo de 2009

Talcahuano

Nací entre los roqueríos de un puerto de grandes avenidas
conociendo su historia entre el hierro forjado y la sal.
Saludando a los viejos lobos de mar
me torné parte de su sangre, de su herencia.

La lluvia ha cubierto los techos de lata
los que salen volando durante los voraces temporales
inundando las poblaciones que hacen revencia a los cerros
alzados al compás de las industrias del puerto pesquero.

Al graznido de las gaviotas, el amanecer retorna a mis ojos
el mar, tantas veces sepulcro de almas perdidas
idolatra al cielo que se mece sobre las nubes atrevidas
amenazando volcarse sobre los mechones de mi cabello.

¿Podré alejar mis pasos de estas calles rotas?
Cuando sólo la locura de los borrachos en las esquinas,
despiertan al viejo puerto luego de la farra sin causa
cantando la plegaria del himno de sus sueños.

Si de tí, puerto querido, vuelvo a partir
será este el legado de mi cariño.
Si volviera a equivocarme una vez más al irme de aquí
serás el nido, Talcahuano de mi vida,
del silencio que en mi cerro hoy habita.

viernes, 22 de mayo de 2009

El foco de atrás

(A Mónica Troncoso, por la genial idea del foco de atrás)



¿Ves a la gente pasar por la calle?
yo solía verla cuando el foco de atrás
con tenue brillantez,
alumbraba mi vereda.

Deslumbraba la inocencia de las siluetas calladas,
amortajaba el llanto de la luna en calma.
Cuidando las almas perpetuas de sal,
alzando el tiempo de su luz, sin piedad.

Calla,
¿oyes las voces que circundan el foco de atrás?
las polillas se retuercen entre el musgo del pedestal.

Anillando el cascarón de las sombras
las heridas de las nubes caen a mis pies,
rozando con ansias el manto gris del invierno
hundida en la vereda singular del viento.

¿Deseas retornar a la luz que te entregaba el foco de atrás?
piénsalo bien,
hoy somos una sombra que esquiva el sendero
que se desvanece sin razón ni causa
bajo la oscuridad de aquél tendedero.

martes, 19 de mayo de 2009

Pluma de cristal

Fragilidad del alma que entona la imaginación
dibujando sin límites de espacios
en cada centímetro de la mirada ansiosa
que teje, acompañando a una voz,
el clamor de la aurora.

Racimo de circunstancias que crecen
que endulzan la individualidad de una frase,
estallando en la artimaña de la lucidez
por cada humano que se arrulla en su cauce.

La pluma,
merecedora de idolatrías extasiadas
tatuando la danza de la locura sin causa,
alzando la copa de vino embelezada.

El cristal,
desafío de un grito sin nombre,
sutileza de un par de noches en agonía,
la caricia de esta loca
que sobre versos
C
A
M
I
N
A

Como el vino tinto

Reluces al mirarte en un templo de colores vermellón
intentando arrastrar una despedida sin final,
aferrándote al encuentro de un pasado distinto a los demás,
cuyo aire se evapora en la inspiración de tu voz.

Ardiendo junto al veneno de tus recuerdos
devoro los frutos de la dulce plegaria de tus gemidos;
mientras el periódico de ayer anuncia sin compasión
-atónito bajo tus manos-
que el día ha partido.

Alrededor de tu tibia piel se resbala la experiencia de amores,
arrancando en cada pálpito la inevitable costumbre de tu encanto
saciando con el sabor de tus labios, con el fuego de tu aliento
la esperanza de mis días, bebiéndote en cada roce
-como el vino tinto-
entre la geometría singular de tu noche.

martes, 12 de mayo de 2009

Día de la Enfermera

Renaces en cada llanto, en cada pedido de ayuda
Cautivando el dolor de noches agónicas
Brindando el canto ideal de la compañía final
Rasgando el tiempo, congelando los instantes.

Alcanzas aquella semilla del río de los sueños
Llegando al extremo de un sinfín de entregas
Dibujando con un trazo de sonrisa, la silueta de la vida que se escapa
Cual guardián de un templo de realidades libres.

Recorriendo un pasillo desvanecido de histerias
Atraviesas, sin caer en el dominio de la oscuridad,
El reflejo del despertar que susurra el aire
Dejando la vida, en un beso moribundo y dispuesto a partir.

Duerme niñita

Duerme niñita, entre los lirios de la alfombra,
olvida el calendario que tiende a repetir
las mismas sombras que se enfrentan a tus pasos
brotando en destellos que retroceden con sigilo.

Ni siquiera los gritos derretidos que atraviesan el umbral
que incesantemente susurran sobre tu espalda
abrirán la ventana de luz que se alejan de la realidad,
sollozando en el pasillo del muro de tus sueños.

Duerme niñita, acurrucada en los brazos de un recuerdo,
admirando el silencio que poco a poco se desata.
Alejándote del verbo de la injusticia,
de los presentes corporales de la bestia que te tiene aprisionada.

El olor a tabaco que destilan sus manos,
hurgando entre la inocencia de futuras miradas
recogen, sin un mísero pensamiento
el sepulcro de tus días felices.

Duerme niñita, que en el regazo de esta noche sin tormenta
serás el ave que privada de su plumaje
surcará el cielo más allá del tiempo,
a la espera de un nido que no detendrá la sonrisa añorada.

Duerme niñita, yo seré tu compañera
ahogando los espacios de aquél inconciente
sosteniendo tu mano en el vacío
llevándote a mi lado, sin sollozos ni escalofríos.

domingo, 3 de mayo de 2009

Un gato negro en el tejado

Mirando hacia al sur;
los ojos palpitantes de grises esquinas,
observando la vida apagada en un hilo del tendedero
y ella, con la silueta entre sábanas, indiferente a la escena sobre el tejado
oye el tren que a lo lejos se escapa con el viento.

Sus memorias sin sentido, bajo el techo sin cielo raso
se acurrucan en las palabras de amor que antaño llenaban su existencia.
La cruz de su sigiloso compás al andar
yacen hoy en un charco de lluvia desgastado.

¿Es éste el símbolo de fidelidad que mis últimos minutos,
llenos de extraños silencios,
se aferran a la religión de los sueños de su vestido?

La vista ofuscada, sin solución aparente
dibuja cada mechón de su cabello
y sus manos, reveladas en caricias interminables
se encuentran con el eco de mi aliento moribundo.

¿Es éste mi último lecho,
el frío y cruel término de mis días junto a ella?

Las sábanas del tendedero han grabado su silueta
y sin conocer las lágrimas, se reflejan con dolor en mi alma sin suerte.
Así se va el silencio de mis temores,
tan insignificante, tan irremediablemente olvidado.

Seré uno más de tantos absurdos agónicos,
que pasan su vida enamorados de la nada;
seré, el abandonado
sólo un gato negro más que muere en el tejado.

lunes, 27 de abril de 2009

Memorias de un hombre muerto

Si pudiera contar una historia
narraría al tiempo como mi fiel escudero
y entre tanto que pienso en los recuerdos de mi olvido
asiento, con una rosa en los labios
mi cruel y desesperado destino.

El camino que mis ojos taciturnos han extraviado
lleva el tatuaje de cielos que se aniquilan,
cansados de sus verbos contraídos
se esparcen bajo la tormenta que lentamente se avecina.

Una cortina rasgada me mostró el mundo
amortajado de cenizas que mis pisadas iban dejando;
callado, en el abismo de mi inconsciente taciturno
nacían las aves de mi espacio, con sigilo caminando.

El racimo de los instantes congelados en segundos,
crueles espasmos de sonrisas apagadas,
ofuscados de placeres inmundos,
ofrecían el precio de habitaciones incendiadas.

Rápido como un beso furtivo
robado, casi secuestrado
la vida se fue desvaneciendo
impregnada de arrepentimientos que en el ayer he arrastrado.

Las raíces de mis entrañas que ruidosas se revelan
repiten sin cesar las voces de mi conciencia,
reprimen los gritos de las almas que celan
agónicas y extraviadas, cada instante de mis vivencias.

Hoy no lloro por estar triste
ni sonrío por estar feliz
ser un ente sin sentimientos, preso y libre
me hace pensar en lo insignificante que es morir.

Debajo de esta tierra sin vida
absurda, extraña y compartida
se retuercen las memorias sin sentido de un muerto que alucina
y entre sueños imposibles que en soledad se mimetizan.

jueves, 23 de abril de 2009

El Dios hecho cisne

(A Leda y el Cisne)

Tumbada en la fina hierba de un campo estéril
yace semidesnudo el cuerpo de Leda;
a la mirada del Dios Zeus,
aclamado por las finas líneas de la princesa
- fémina exótica de soles amanecidos -
renace el ser cubierto de nevado plumaje.

Sediento de los níveos muslos
reclama la virginidad carnal del velo encantado
penetrando la ausencia de su luna escondida.

En un aguacero encendido,
hervido de placeres tildados,
entre lenguas confusas,
desatando el orgasmo en un cruento alarido.

¡Esfuma mis caricias!
¡Amasa mi sexo palpitante!
¡Estruja la etérea cintura de este lecho insaciable!

¡Oh! Dios del placer reencarnado
¡Oh! Ave sepultada en mi sinfonía inconclusa

Último momento de pecado;
encerrado en el espacio de la pelvis virginal
se deshace en una lluvia carnal
el tornasol del encuentro extasiado.

Conjugación perfecta

Así,
protegiendo tu sexo entre mis piernas,
saboreando el gemido de tu lengua.

Desatando el roce de mis muslos soñados,
encontrando el sitio de tu dorso,
exactamente abismado.

Así,
desparramando el líquido de mis pensamientos;
deseando la adicción de tu vientre seminal.

La fertilidad estampada en tu mano curiosa
buscando la flor de tu sentido carnal
en mi silueta que en tus dedos goza.

Así,
ensimismada en tu vocablo vagabundo;
respondiendo a mis pedidos lujuriosos.

Hembra en celo de las huellas de tu cama;
rompiendo la inocencia del cuello mordido
lamiendo el cielo de la estaca acompañada.

Así,
en vaivenes increíbles
en la fantasía de mil miradas.

Así,
tocándome,
penetrándome,
gimiéndote,
ahogándote.

Asesinando tu orgasmo en mi círculo de espasmos
castigándote con uñas en tu espalda,
con el grito de mi pecho perfecto.

Indiferente al entendimiento
de los poros sudados
de tu beso naufragado.

El sentido insano de la locura de tu ser
resumido en la paranoia del encuentro;
único espejismo de la noche dibujada
en el derecho de ser, irrefutablemente, mujer.

Ave verum de tu piel

Salve ¡oh! verdadero cuerpo de manantiales;
rozándote entre libertades mantenidas
mis dedos surcan tu pecho inmolado.

¿Qué aves se posaron en tus manos
cuando el cielo de tu tacto resumía mi musicalidad?

Esperando la delicia de tu mirada
-incandescente artimaña de mi humanidad-
en el silencio atónito de tus pupilas
me

d
i
b
u
j
a
s

Tan sólo la plegaria de mis caderas crucificadas
ofrendan el lecho de tu divinidad florecida;
llovizna de hilos de plata añorados
tejen la ilusión de la distancia que se aproxima.

Deleitada con tu aliento susurrando amores
navegas por el sabor de los pliegues de mi cama;
el paraíso de tu irremediable sed
se

e
n
t
r
e
g
a

Extendido en la tarde de mis huellas,
invadiendo mi presencia
-tus ojos en mis ojos-
-tu boca en mi boca-
acostumbrándome al vaivén de azules goces
c
a
e
s
en el río de la semilla de mi regreso,
-al otro lado de los sueños-
multiplicado en versos, que hoy te canto.

Un cuento absurdo

Entre la pesadilla de un naufragio arrepentido
extiendes las raíces de tu soledad;
(extraña sensación)
emergiendo del abismo de mi tortura
yace el secreto de la silenciosa trampa.


¿Acaso la conciencia mitigada de insensatez,
arrullada de abusos obstinados,
merece perdonar el pasado de acuarelas rasgadas?



Una vez más mi cielo se reencuentra con tu infierno,
la devastación de mi razón que se pudre en tu imagen
reclama el final de esta guerra interminable.


La condena del dolor me aleja de los pensamientos
el tiempo
NO AVANZA
en lugar de los segundos, presiento tus acentuados latigazos.


Perdida en la dictadura de aquella vil mirada
Usurera de sueños, ahora dormidos en la fe asesinada;
Tú, ave de rapiña de los ahogos de mi llanto
Atragantada de insultos nacidos de tus blasfemias ultrajadas;


(PUTA vida reflejada en un libro de cuentos absurdos)


Ahora son tus miedos los que invaden la irreal libertad;
los sueños de antaño esparcidos en el pantano de tus venas
se apoderan del corazón marchito que tejió mi sufrimiento
(reflejo de las heridas que ahora te juzgan)


Tu recuerdo aún vive en mi silencio;
el remedio del tiempo incinerado por tus verbos
exclama en un vuelo casi agónico
¡He de morir para olvidar!


Te alimentaste de mis virtudes idolatradas
mientras, en la soledad, encontraba aquella compañía moribunda;
arrastrándome por los espinos de millones de esquinas
(ensangrentadas manos )
mi cielo se alejó de tu infierno.



El ayer
falleció en el centro de tus trincheras
aniquilando la mitad de mi refugio,
consumiendo el aire de mis palabras.



El hoy
esquivó la oscuridad de tus pasos
sosteniendo la mano de la otra mitad de mi vida,
cultivando el coraje del cofre de mis sueños.


El mañana
continuará recordando,
regresará a cuidar tu oscuridad,
contemplará el sol de mis propios pasos,
llenará tu infierno, mil veces visitado
y algún día, será perdonado.

jueves, 9 de abril de 2009

Somos los que no olvidamos

Encerrados en un lazo de recuerdos
ahogando el llanto de vidas vacías;
somos los que deambulamos.

La noche maltratada nos cobija
entre sombras amanecidas.
Dibujamos en un papel rasgado
exhoneramos el aliento mal nacido;
somos los que nos quedamos.

Entre colillas de visiones consumidas
se plasma el desierto del alma escondida;
danzando al compás del soneto aplaudido
fingiendo el goce del garabato aclamado;
somos de los idiotas, los más premiados.

¡Vengan! sinuosos espasmos de tierras conquistadas
¡Tiemblen! extenuadas líneas de diástoles enamoradas.

Enraizamos la mirada de soledades cautivas
a la espera de una firma mil veces maldita.
Soñamos en un canto de voces que calladas silencian
aquellos roces de una mente que se expresa;
somos los desterrados.

¡LLámennos imbéciles!
¡Nómbrennos estériles!
somos, en una letra expandida,
en una frase escurrida;
el hombre y la mujer que no olvida.

martes, 7 de abril de 2009

La última noche

Mantén la llama de tu paraíso desplegado
con el tacto de tu conciencia lasciva.

Esclavizando la piel bajo los tildes de tu lengua;
reinado único de tu virtud renacida.


Constelada en la tragedia de mis muslos desenfrenados
Perdida en el instante de tu sexo embravecido

T
E

S
I
E
N
T
O

Tan dentro;
tan cálido;
tan precisamente
mío.

viernes, 3 de abril de 2009

De ti aprendí

De ti aprendí
que un beso es el estallido de un nuevo comienzo
que el escalofrío de una caricia hace temblar mi arte
y la soledad se hace nada en el espacio de mis sueños.

Sin querer me siento capaz de apagar las señales de tu cuerpo
de tu boca
ahogada en el grito de amor hechizado en tu crucifijo
inventando la madrugada, enlazando los minutos del reloj.

De ti aprendí
-indomable exaltación de mis versos-
que un desafío es lanzar al abismo las fantasías
congelando tu roce entre las ínfimas distancias que nos separan.

Apaga las luces
-somos sombras-
en algún lugar de tu mente soy el resplandor de tu sonrisa
en tu cuerpo, soy el dominio de tus embajadas de miel.

De ti aprendí
que amar es verbo
-conjugación de ternura y agresividad-
que a tu lado soy diosa, real estructura moldeada a tu ser.

martes, 31 de marzo de 2009

Muerte a un poema

Hoy
asesiné un poema
clavé un cuchillo en la espalda de un verso
y la segunda letra del título se desangró hasta morir.

El engendro del primer verso
despertó la ira de mi violencia.
Me preguntaba incensantemente
¿Por qué me aniquilas?
Y yo le respondía con apuñaladas en su vientre.

Sus entrañas se esparcían en las entrelíneas
interlineado 1,5
3 cm de margen izquierdo
3 cm de margen derecho.

Le di un par de mordidas
y unos latigazos certeros.
Las comas colgaban en pedazos
y los puntos
.......................
antes determinantes de estrofas marchitas
dejaron de existir.

Exquisto resultado he alcanzado con mi crimen!
Una hoja blanca
una pluma ansiosa
y una mano a punto de un nuevo intento.

sábado, 28 de marzo de 2009

La telaraña

La mujer que se mece en las hojas del árbol marchito
pálida por la espada que teje su afilado vestido
se hace tierra en el colgajo de la bandera infame de su patria olvidada.
Dilatada en la atmósfera de su sueño acabado
en un mar de supernovas que no siguen su rumbo.

Eres la unidad de la razón esparcida,
un ciego beso adormilado en el pecho palpitante de mi escultura,
la caricia de los muslos vívidos y deliciosos.

Eres la medianoche entre sábanas haciendo una sinfonía,
los poros rasgados del sudor naufragado.
La plegaria concreta y sutil del séptimo cielo,
el glaciar derretido del cuerpo tormentoso.

Entre colores cristalizados en la plata del techo incendiado
palomas llenas de historias refugiadas entre los surcos de tu piel extasiada
llegan junto al viajero perdido de calles oscuras.

La cena de una araña hambrienta tejiendo ilusiones
se torna la fiel compañera del fin de su profecía perdida
y así llega el silencio, una vez más, al cielo de mis percepciones.

Amándote organizacionalmente

Arrullada por sentimientos de inspiración fascinada
me conmuevo ante tu cuerpo embriagado de espuma.
El suspiro de la vida atenuada de sigilosas caricias
clama por el naufragio de tu boca extasiada.

Pintando entre sábanas el sueño de tu piel replicada
enciendo la tragedia griega de un anti-héroe apasionado.
Contra la pared de un incendio difuminado
exclamas el derecho de mi territorio distante.

Perdida entre el sepulcro del sudor de tus venas
recito el canto de tu agua vibrante de adicción insensata.
El castillo de tu fe resucitada rompe el cántaro de mi decencia
devorando el imperio de la flor de mi ausencia.

viernes, 27 de marzo de 2009

No sé que nombre darte

No eres la verdad de mi enfermedad
ni la mentira del asesinato de mi pesadilla.
No sé que nombre darte
infame ser cíclico de siluetas inexplicables.

Me condenas a tu lecho de dificultad inexistente,
a tu tiempo crudo y suculento de serpientes virtuales.
La tormenta de sigilosas y rebeldes banderas
teje el nido de resoluciones aprisionadas.

El réquiem de tus letras críticas esferadas
en caídas liberadas de paganos revoloteos
estrecha la catatonía de una noche arañada
cristalizada en la inmunidad de tu disfraz.

No sé que nombre darte
supuesta falsedad dibujada en mi abismo
infernal olvido atracado en el puerto de un instinto
con el toque sutil del esmalte derramado de mi sangre.

viernes, 20 de marzo de 2009

Amarte a ti

Amarte a ti
es la sabiduría de una clásica canción
conjugada con la brisa de tu caricia
alcanzada por el signo de mi piel entumecida.

Es el eterno resplandor de la cima de mi almohada
que emerge en la gloria de tu conciencia
estallando en esferas de sed y saciedad
que se rasgan en la humedad de tu cielo.

Amarte a ti
es navegar entre los surcos de tu cuerpo de plata
moldeando los espacios del silencio guardado en el ropero
entre bosquejos de la realidad de mi fragilidad apasionada.

Es llenar mis ganas, mis besos, mis ansias
buscando en cada aventura el camino a tu edén
alzando mi voz en secretas palabras
en el atardecer de tu primavera florecida.

Amarte a ti
es gritar tu nombre entre dientes
jugando con el viento de mi nocturna oscuridad
combinando los colores de la ventana empañada de tu aliento.

Es mirarme al espejo y dibujar tu silueta con mi sonrisa
la constante alegría de los días alucinados
el umbral de mis ojos sellados con tu beso
estallando en el comienzo de la incomprensión y el desenfreno.

Amarte a ti
es el refugio de mi alma liberada
embriagada por el vino de tu esencia juvenil
y la madurez del verbo de tu nombre en la mañana.



(¡Es que Te Amo!)

martes, 17 de marzo de 2009

Ya no hay más

No habrán otras huellas que alimenten mi cama
ni otras manos que enciendan mis espacios.
Como una serpiente al filo de la saciedad
serás el autorretrato de mi rebelde conclusión.

No habrán otras cometas aventuradas en mi galaxia
ni otra existencia que reclame la inmensidad de mi tacto.
Serás la mordida del sueño apuñalado en la almohada
y la carne putrefacta hambrienta de mi anzuelo.

No habrán silencios que levanten mi cruz cubierta de miel
ni las vibraciones de una taza de vívidas ilusiones.
Como la novedad asesinada en el décimo encuentro
serás la lucha de mis pasos arrastrados.

No habrán más tentaciones que arrastren mis poros sedientos
ni madrugadas maltratadas por el placer intoxicado.
Serás el tiempo malgastado de mi otoño ensangrentado
y la pálida brisa del recuerdo olvidado.

viernes, 13 de marzo de 2009

Encuentro y despedida

Ríndete ante el seno insano de un regazo avasallador
hoy es el día, el tiempo, el instante.
Paloma ausente, extraña, vibrante de luz encarnada de cielos esparcidos
ven y apóyate en el vientre sigiloso y aturdido del silencio.

Muerde la piel tibia y bronceada de espejos carnosos.
Salvaje tormento de caricias plasmadas de electricidad
histérica y joven carrera de manos curiosas.

No controles el deseo,
no frenes el contacto de las formas sedientas.
Apodérate de la delicia que cae desde los poros más inhóspitos,
déjame llevarte al final de esta rueda de satélites amanecidos.

Las sábanas teñidas de gemidos ahogados
se deshacen en embajadas prohibidas de secretos venenosos.
Una y otra vez encadenada a la mirada explosiva de tu caminar
posees el remanso de lluvias hervidas en el reflejo de una extraña.

Calla, mi salvaje amante
no menciones tu nombre en esta noche de sensaciones.

Seré tu esclava, tu fantasía, tu cruel y despiadado recuerdo,
serás el encuentro, la despedida,
el fruto de mi juego sensual.

El enemigo de la rutina agobiante de mi lecho matrimonial,
el guardián de una aventura irrepetible,
el amor inexistente, el placer conjugado
el solitario recuerdo de mi engaño consumado.

jueves, 12 de marzo de 2009

Animal-humano

Me gustan las siluetas corroídas de un papel desgastado,
lo ácido, lo insano, lo insalubre.
Admiro al poeta que ve en lo hermoso la cruel realidad
que resbala por el cuello inflamado de la envidia.

Persigo las ruinas extravagantes del infierno vertido en mi vientre
husmeando la derrota del jugador aniquilado.
Me gusta jugar con la razón de los insólitos impostores
llegando al final de la vulnerabilidad "animal-humana".

Estrujo el manto estoico de los versos blasfemos
condenando la compasión, la piedad, el perdón.
Me rebelo ante el estímulo hipócrita y rendido a la ridiculez
amando la indiferencia del demonio asfixiado por la mentira.

Obedezco al amo de la perdición y el pecado
resumiendo al corazón en una ilusión, en la utopía del mundo desdichado.
Prefiero la verdad inexistente,
al que posee mentiras viejas pero bien dichas.

Soy la cazadora de plegarias lujuriosas,
la duda de la desgracia,
la pesadilla convertida en fuego eterno,
la sangre palpitante del camino estrecho a mi sendero.

Soy la que recorre el dolor del suicidio anticipado,
la que recoge los restos de la falsedad absurda,
la insolencia hecha carne,
el regazo ardiente y despediado del regreso constante.

No son versos

O show de bosta está por começar!


Los jietes del infierno se amontonan en la entrada del túnel
los veo,
los siento,
los deseo.
Los suicidas encadenados a los caballos disfrutan su dolor
los huelo,
los espero,
los deseo.
Trepan incesantes por las rocas de mi cuerpo sediento
los aliento,
los llamo,
los atraigo.
Una onda psicodélica de imágenes vagan por jardines marchitos
los maltrato,
los pisoteo,
los utilizo.
El cementerio de tonos en sepia me lanza su aliento podrido
lo sigo,
lo alcanzo,
lo acepto.
Se abre el portón del pasado abstracto en geometría ensangrentada
lo recorro,
lo asimilo,
lo cierro.
Un temblor de sacrificios coagulados se lanzan al abismo
un demonio con lengua turbulenta me atrae a su nicho sepulcral
lo lamo,
me enciende,
me gusta.

lunes, 9 de marzo de 2009

Ella

Su vida la ha entregado a dibujar el placer en luces oscuras
Esperando en una esquina maltratada y usada
Al nuevo e infernal tacto de lenguas ajenas.
Prefiere aniquilar el bien que circunda su conciencia dormida
Cobrándole a las horas la indecencia del edén de sus caricias
Fingiendo la fiebre que ensucia su timidez olvidada
Mientras el dolor de un mordisco voraz la devuelve a su realidad.
Aquella realidad marginal de una niña convertida en nada
Enclaustrada en cuartos desafinados rasgados de lágrimas.
Hoy, ella se ve como es
Diferente a su ideal de dama frágil y delicada
Acorralada en la inmundicia de lo prohibido, de lo callado
En la pudrición de los gritos azotados de un par de horas agónicas
Ella huye del reflejo que solía ser un haz iluminado
Evita pensar en lo espiritual
¿Dios?... Lo ha borrado de su vocabulario
El cual se resume en las alas quebradas de una golondrina en un nicho húmedo de pecados
Ella espera embriagada de alientos nauseabundos
El contrato de una nueva aventura vacía y sin sentido
Ella espera ser, una noche más, la que perfumará de tabaco el cielo
Y derramará gotas de entrañas en su rojo vestido.

sábado, 7 de marzo de 2009

Tengo ganas

Tengo ganas de regalarle el sol a una lágrima,
de correr por el sendero de los labios que pronuncian mi nombre.
Tengo ganas de viajar en la ilusión de mi futuro
visitando los vagones de un tren silencioso en busca de mi misma.
Tengo ganas de llegar al comienzo de cada final de mis historias
y de soñar que quedo estampada en los brazos de una estrella.
Tengo ganas de hacer un pacto con las espinas de un rosal
y que de mi pecho nazca el grito incesante de mi adolescencia dormida.
Tengo ganas de revivir la niñez olvidada entre viento y tormentas
y de la inocencia de las carcajadas de antaño.
Tengo ganas de decirle adiós a la escarcha de los techos casi tropicales
y a la espera del anochecer en una iglesia vacía.
Tengo ganas de matar al tiempo y de enterrar sus huellas,
de tentar y desafiar al destino al despertar de cada mañana.
Tengo ganas de fingir con la misma hipocresía de los fantasmas arrepentidos
y de ser capaz de entregarles mi calor incondicional.
Tengo ganas de arrancar el rencor de cientos de noches de insomnio
y de encontrar un ideal en el nicho de un vientre maternal.
Tengo ganas de seguir la luz que tan sólo mis ojos pueden alcanzar
y que por un sólo un instante una cálida mano me acompañe a soñar.

miércoles, 4 de marzo de 2009

No necesita un título

¿Qué piensa el viento cuando derrama sus últimas palabras?
¿Quién le dice a una gota de rocío que abandone aquella hoja otoñal?
¿Quién le ruega a la noche que cese sus lágrimas?
¿Qué obliga a una rosa a marchitarse?
¿Quién permite que el invierno llegue una y otra vez?
¿Quién te llama a destruir sentimientos bajo tus pisadas?
¿Quién te habló sobre el corazón de una mujer?
¿Quién te susurró el aliento de una piel fresca?
¿Quién me pidió que yo te amara?

Peces