jueves, 23 de abril de 2009

Un cuento absurdo

Entre la pesadilla de un naufragio arrepentido
extiendes las raíces de tu soledad;
(extraña sensación)
emergiendo del abismo de mi tortura
yace el secreto de la silenciosa trampa.


¿Acaso la conciencia mitigada de insensatez,
arrullada de abusos obstinados,
merece perdonar el pasado de acuarelas rasgadas?



Una vez más mi cielo se reencuentra con tu infierno,
la devastación de mi razón que se pudre en tu imagen
reclama el final de esta guerra interminable.


La condena del dolor me aleja de los pensamientos
el tiempo
NO AVANZA
en lugar de los segundos, presiento tus acentuados latigazos.


Perdida en la dictadura de aquella vil mirada
Usurera de sueños, ahora dormidos en la fe asesinada;
Tú, ave de rapiña de los ahogos de mi llanto
Atragantada de insultos nacidos de tus blasfemias ultrajadas;


(PUTA vida reflejada en un libro de cuentos absurdos)


Ahora son tus miedos los que invaden la irreal libertad;
los sueños de antaño esparcidos en el pantano de tus venas
se apoderan del corazón marchito que tejió mi sufrimiento
(reflejo de las heridas que ahora te juzgan)


Tu recuerdo aún vive en mi silencio;
el remedio del tiempo incinerado por tus verbos
exclama en un vuelo casi agónico
¡He de morir para olvidar!


Te alimentaste de mis virtudes idolatradas
mientras, en la soledad, encontraba aquella compañía moribunda;
arrastrándome por los espinos de millones de esquinas
(ensangrentadas manos )
mi cielo se alejó de tu infierno.



El ayer
falleció en el centro de tus trincheras
aniquilando la mitad de mi refugio,
consumiendo el aire de mis palabras.



El hoy
esquivó la oscuridad de tus pasos
sosteniendo la mano de la otra mitad de mi vida,
cultivando el coraje del cofre de mis sueños.


El mañana
continuará recordando,
regresará a cuidar tu oscuridad,
contemplará el sol de mis propios pasos,
llenará tu infierno, mil veces visitado
y algún día, será perdonado.

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