miércoles, 19 de mayo de 2010

Despojos



Aroma rancio, nauseabundo.
Un seno al aire que dibuja muertos.
Lectura de perversiones tuyas, mías...
Deshojando el encierro y el hambre.

Girasoles marchitos bajo una sonrisa en sepia.
Orgullo aplastado en infortunios absurdos.

Tú y yo,
un "nada" conjugado al "todo" externo de lo irreal.

Búsqueda de abrazos rotos.
El colapso de un vestido manchado, ensangrentado.
Princesa suicida con daga ajena.

La pretensión de un pasado que no revive.
Un recuerdo, un instante…

… una imagen.

Al unísono son despojos.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿Bailamos?

Desde que perdí el sueño en medio
de la miseria de un latido, imaginé
el revoloteo de un infortunio casi
ahogado en un charco salado de miel.
Con el paso cansado, intentando besar
el suelo que no me sostenía, dejé atrás
esa miel perpetua de desencantos y
bailé. Bailé como nuca imaginé bailar.
Me aferré a un “do”, a un “mi” y a un
“si” que deleitaron un “fa” sostenido
en mis sienes, aligerando el paso,
soñando un cuento inmortalizado
en melodía radiante de besos
crucificados en piedra y cemento.
Embarré tu espalda con finezas de
dama enamorada mientras la música
seguía robando el sueño y bailábamos…
Bailábamos hasta matar el aroma del
viento; hasta fundir el temblor de tus
manos con la cintura de mi cuello;
hasta resucitar el infinito que de noche,
sentía el ritmo alado de tu aliento y el
mío. Resbalando en piel, el brillo de la
huella de tu pelvis grabó tus sonidos
en mi vientre cuando el juramento
de un planeta casi destructivo, sollozaba
a gritos un “te quiero” a la única estrella
que aún giraba alrededor de los dos.

Peces