Ella no sabe distinguir entre un coqueteo y una burla,
por eso se despeina y se pinta los labios.
Tiene amores inalcanzables,
un gato raquítico y un canario
que cada mañana intenta escapar.
Se baña y fantasea.
Casi no duerme, apenas respira
y aún así, fuma como desesperada.
La llaman “señora” antes de cumplir los treinta,
dicen que se le pasó el tren,
se ríe.
Canta, a veces
para espantar, con paciencia, la soledad.
Él regala flores cuando están en oferta.
Es un tipo normal,
ni alto ni bajo.
Moreno y algo calentón.
No ama, pero miente de vez en cuando.
Pasa todos los días por una cerveza helada,
incluso en invierno.
Él no lo sabe, pero espera encontrarla a Ella.
Las calles son interesantes cuando llueve
y la gente no lleva paraguas.
Más aún cuando tu
casa está cerca
y Ella, está mojada.
Sí… pasó…
Pero el final es como todos.
Ella sigue esperando el tren mientras la llaman “señora”.
Él continúa yendo al mismo bar
y pretendiendo amar,
cuando es necesario.