domingo, 12 de julio de 2009

Con el fusil en la entrepierna




“Y en un intento
sacrificó su verdad”

Dándole la espalda al respeto
aceptó el castigo,
aquél que le respiraba en la nuca
gritando, azotando,
hablando de perdón.

…Seguía oyendo…
El fusil cargado le sonreía,
enfriaba la entrepierna
abandonada años atrás en un par de alas
que migraron hacia la memoria de un senil callejón.

…Miraba a la nada…
La sombra le contaba historias
empapando las paredes
de calles, avenidas y veredas,
de serpientes, pesadillas y camas vacías.

…Escribió una nota…
Dedicando una línea a su boca
le agradeció el calor de labios ajenos;
a sus manos
les prometió ser dueñas de lo que quedaba;
dándole a su alma
la maldición de haber amado a ciegas
a unas alas que al migrar al olvido
abandonaron la esperanza.

No hay comentarios:

Peces