sábado, 26 de diciembre de 2009

Mientras voy y vuelvo


Te regalo mis huesos
y el tendón que escribe
-mudo-
la rudeza de mis actos.
Te obsequio mis pupilas y pestañas
para acariciar los dientes
y la torpeza de tus pasos.
Te entrego mi lengua
-lasciva y prostituida-
ante el río inerte que desemboca en mi garganta.
Te regalo mis vergüenzas
rociadas con perfume de verano
y la fotografía de un verso
en racimos grises de agua.
Te dejo mis piernas
a veces agitadas, a veces cerradas
mientras voy y vuelvo.

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