domingo, 8 de noviembre de 2009

De formas diferentes

De formas diferentes
conozco el lazo que retiene tu aliento a mis caderas.
El séquito de plateados fluidos
que descienden al abismo,
al vacío palpitante de una pared sin muros,
regresa a besar el vientre que alimenta el calor
y el deseo de beber las ansias.


Somos algo,
un eterno y mortal,
una caída y una extraña necesidad.
El verbo y el adjetivo de roces descalzos,
una playa y una estrella que se posa en mi pecho
para nacer en un grito que pide más.


Amanece
y en el vaho de tu aliento
se desprende un dedo que apunta hacia mi cuello.


Y es así, como en un acto innato de dependencia
me esclavizo a la química de tu sudor
y a la erótica admiración de tus pupilas.

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