viernes, 29 de enero de 2010

Sé que no será

Sé que no será
cuando te encuentre en el túnel que talló tu descendencia
bajo ese viento que me abrazó al mirarte dentro de los ojos.
Sé que no serás
el almirante de un barco encallado que ya no truena sus campanas
ni se alza para pedir la supremacía de su canto.
Sé que no seré
un sueño, una avenida, ni una eterna imagen etérea perdida en tus dedos
que no se resbala al amanecer, ni sobre el suelo que no pisarás.
Sé que no será,
sé que no serás,
sé que no seré,
que vivo pero muero,
que me encuentro y te pierdo,
que alcanzarte no me basta,
que de marcharme me quedo.

martes, 26 de enero de 2010

El secreto de mi lamparita (reto)

Al apagar la luz
mi lamparita me contó un secreto
que viajó hasta un país oriental.
No sabía donde quedaba Irak
ni lo que era un viaje tan largo.
Sólo sabía de dioses mitológicos,
de su Zeus y su Danae;
cuentos inventados por mi papá
que dejó el desodorante fresco de pinos
encima del cajón donde hoy guardo sus recuerdos.
¿Podré lavar esas acuarelas pintadas de Dioses
en un país tan lejano,
sin lavarropas ni detergente bajo el brazo?
Prefiero seguir mi viaje
sin luz ni agua para lavar,
porque prefiero el secreto que guardé en mi maletita
teñida de besos paternales y un barquito de cristal.

Ni ángel, ni santa, ni virgen

No soy un ángel
ni pretendo entregar mi alma
a un señor de buen corazón;
la venderé al mejor postor,
al que sepa borrar la tinta que manchó mi vestido,
al que entienda que soy caprichosa,
que navego más allá del agua que me rodea,
que no temo partir mis brazos por la mitad,
y que no deseo convertirme en Santa.
La venderé al que me olvide cuando yo decida,
al que se broncee cuando llueva,
al que baile sin música,
al que sienta dolor cuando esté feliz
y al que se amarre a la cama sin aviso.
No soy ángel, no soy princesa,
no soy santa,
ni una virgen (,)* puta.

*Quien desee lo lee con o sin coma, queda a su gusto.

viernes, 22 de enero de 2010

No sé

No sé en que parte
de toda esta historia
se marcó un final
y un inicio.
Pero prometo
que no reviviré
lo que duele,
lo que entristece,
ni lo que no merece
ser recordado.
Me quedo con los nuevos,
con los míos,
con los nuestros.
Total,
eres mío
y yo soy tuya.
¿Qué más da revolver la olla
si al final,
la comida se quemará
de todas formas?.

martes, 19 de enero de 2010

Te mastiqué sin lamer

Si no te mordí los ojos,
fue porque mis dientes se desgastaron
al masticar tu entrepierna.
Mientras montaba tu nariz,
la saliva de mis dedos se ofuscó en tu lengua,
enredada en los gruñidos de perro
que buscaban penetrar el anillo escondido de tu sangre.


Vestida de una palabra altisonante
me llamaste puta
y una uña clavada en tu cuello
te mostró que el sol no es lo que imaginabas.


Me autoproclamé tu exclusividad al revés
y recé una plegaria que reposó en tu virilidad erecta,
imponente,
audaz,
altruista,
pero mía.


Si no te lamí las uñas,
fue porque se perdieron en mi columna
al atravesar mis vísceras humedecidas.


En el borde de tu labio inferior
perforé el sello que te esclavizó a los ojos de mi pecho,
probando el sabor agridulce del manantial de especias
ofrecido por la puta que te rompió la cama.
Tú me ladrabas y yo te mordía,
tú me insultabas y yo te succionaba la memoria.


Y así me pregunto,
¿Me seguirás aman(follan)do mañana?

lunes, 18 de enero de 2010

Y me mordí el corazón

Y me desvestí
porque ya no quedaban excusas,
porque perdí el tiempo
y lo deshice en un viaje que se ahogó.
Y me mordí el corazón
porque ya no era divertido,
porque el eco de un sueño se partió
y no fue culpa de mis pertenencias.
Y me alejé
porque se nubló lo extraño
y el silencio me maltrató.

miércoles, 13 de enero de 2010

Perra vulgar y perro de cola grande

Quise venderle al mundo mi último suspiro
pero lo compró el tipo que me silbó en la esquina.
Casualmente enredé los tacones en su cremallera
y por cinco eternos segundos,
fui una dama decente.
Intenté disimular mi cara de vulgaridad
impaciente por morder el pedazo de…
“souvenir”
que se instaló ante mis ojos,
pero el par de billetes se desvió
hacia la precipitada suerte del tipo que a esas alturas,
ya no silbaba.
Me agarré al tipo,
al poste sin ampolleta,
al grillo que saltó en mi espalda
y al perro que intentaba morderle el culo.


-el perro tenía cola grande-


Ajustadas las cuentas,
me lancé a un charco de agua
para lavar los restos que no alcanzaron a entrar
y saltó el grillo medio vivo, medio muerto.
Pasó una perra oliendo a días fértiles
y el tipo se fue tras ella.
Me quedé con el de cola grande y un par de billetes mojados.
Paré de gozar cuando me empezó a doler la lengua
y me quité el piercing.

miércoles, 6 de enero de 2010

No quiero amarlo

No quiero mirarlo.
Quiero bailar en el brillo que destella su paciencia,
perderme en sus urgencias y encontrarlo.
No quiero besarlo.
Quiero surcar en el azul de su lengua,
y en el papel que rasgan sus ojos
amanecidos de muros y un cristal.
No quiero abrazarlo.
Quiero correr y lanzarme al suelo
que viste de cuentos una playa tatuada de piel,
oyendo el favor de un mendigo que desnuda su partida.
No quiero sentirlo.
Quiero leer el misterio de su niñez
en complicidad con la madurez de sus estaciones
y sus manos chuecas de riesgos y desventuras.
No quiero amarlo.
Quiero rescatar desde su sed
el abismo y la huída de sus reflexiones
que busca el ruido del aleteo de una mariposa prófuga.

No quiero amarlo, no quiero (tan sólo) amarlo...

Peces