jueves, 11 de junio de 2009

La huella del estandarte


Es la noche
a la espera de un juicio,
el profeta anhelado
sin cuento y sin espíritu.
Es la luna apagada
mi sol, mi delirio,
el precio pactado
de los ojos surcando el abismo.

Son los pasos
de un viejo estandarte,
el cansancio del mundo
del tuyo y el mío... siempre distantes...
Son carcajadas olvidadas
apagadas en besos ondulantes,
el vidrio empañado
de tu llanto y de mi sangre.

Fuimos...
la visita inesperada,
la obertura del espectáculo
lleno de gozo, lleno de...nada...
Fuimos...
un futuro que hoy se apaga,
tu vida y la mía
en las huellas de una playa.

1 comentario:

Miguel Antonio Guevara dijo...

Esto me recordó sin duda, la consagración del instante...

Esos momentos tanto efímeros como eternos que aparecen de súbito...

Peces