martes, 7 de abril de 2009

La última noche

Mantén la llama de tu paraíso desplegado
con el tacto de tu conciencia lasciva.

Esclavizando la piel bajo los tildes de tu lengua;
reinado único de tu virtud renacida.


Constelada en la tragedia de mis muslos desenfrenados
Perdida en el instante de tu sexo embravecido

T
E

S
I
E
N
T
O

Tan dentro;
tan cálido;
tan precisamente
mío.

No hay comentarios:

Peces