Mantén la llama de tu paraíso desplegado
con el tacto de tu conciencia lasciva.
Esclavizando la piel bajo los tildes de tu lengua;
reinado único de tu virtud renacida.
Constelada en la tragedia de mis muslos desenfrenados
Perdida en el instante de tu sexo embravecido
T
E
S
I
E
N
T
O
Tan dentro;
tan cálido;
tan precisamente
mío.
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