sábado, 19 de junio de 2010

Elegía imposible

Hoy la noche es blanca.
Blanca como el ojo recostado en mi lomo.
Hoy el frío es denso, callado.
Se arrima y se entrega en estados mentales
que reniegan el humo violeta de sus pestañas.
Hoy ya no es noche ni día.
No es sombra ni esputo.
Hoy, es ronquido austero de elegías imposibles.
Hoy es hoy y no será mañana.

miércoles, 9 de junio de 2010

Me sometí

Me sometí a lo impúdico;
a la crudeza inmoral
de palpitarle a lo ajeno;
a confesarme ante una tabla
que destiñe cuerpos olvidados,
extraños y apacibles.
Me separé del hecho
vociferando improperios
desgarrados en tildes
que no debieron imprimirse.
Hice el amor un par de veces
y en otro par de oportunidades
decidí morir.
Pero el infortunio revivió mis sienes
y clavé los hilos de la vulgaridad
que tejen hoy, la indecencia
del resto de mis días.
Fui eco en yemas azules;
fui hueso y viento
de ojos astillados;
fui sombra que no se borró;
fui coágulo de verano
adherido al pavimento.
Sin embargo, me sometí.
A lo impúdico, a lo insólito
y a ti.

martes, 1 de junio de 2010

Que te follen


Despellejé la cobardía
al torturar la oscuridad
bajo un par de pies embarrados.

Me arrodillé y pedí perdón
-sin culpa-
sin una maldita culpa que
deshiciera en sal y azufre
el asqueroso reflejo
que se retorcía en tus uñas.

Maldije tu odio
borracho de abriles
que no se recuerdan
-ya no se recuerdan-.

Y en la ansiedad de opacar
el vicio indecente que rodea
la mugre de tu lengua,
pacté tu vergüenza en mis sienes,
grabé el aliento de tu vómito
en mi vientre
y me largué
-me fui a la mierda-.

Desde la mierda te lancé el último beso
mientras cultivaba el odio
que alimenta mi voz y mis entrañas.
Y grité
-como nunca en mi puta vida grité-


¡Que te follen! ¡Que te follen de una vez!


Y reí,
como nunca en mi vida reí
cuando te partieron el culo por la mitad.


… Te miré a los ojos
y vi que ya no eras tú…
-era yo, era yo-

Peces