lunes, 19 de julio de 2010

Eso fue...

Fui ayer sal que renegó el acero;
oblicua seda que derramó tinta negra
bajo la cobija de oro pintada en lluvia.
Fuimos largos pasos;
humedales en franca decadencia
y caricias perversas de ridículas estaciones.
Fuiste la carne que masticó el diente;
un dedal enredado entre agujas
que vertió mares en nubes vaporizadas;
una lengua deshidratada,
un ojo al revés
y un dedo que ya no apunta.

Peces