martes, 12 de mayo de 2009

Día de la Enfermera

Renaces en cada llanto, en cada pedido de ayuda
Cautivando el dolor de noches agónicas
Brindando el canto ideal de la compañía final
Rasgando el tiempo, congelando los instantes.

Alcanzas aquella semilla del río de los sueños
Llegando al extremo de un sinfín de entregas
Dibujando con un trazo de sonrisa, la silueta de la vida que se escapa
Cual guardián de un templo de realidades libres.

Recorriendo un pasillo desvanecido de histerias
Atraviesas, sin caer en el dominio de la oscuridad,
El reflejo del despertar que susurra el aire
Dejando la vida, en un beso moribundo y dispuesto a partir.

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