jueves, 23 de abril de 2009

Ave verum de tu piel

Salve ¡oh! verdadero cuerpo de manantiales;
rozándote entre libertades mantenidas
mis dedos surcan tu pecho inmolado.

¿Qué aves se posaron en tus manos
cuando el cielo de tu tacto resumía mi musicalidad?

Esperando la delicia de tu mirada
-incandescente artimaña de mi humanidad-
en el silencio atónito de tus pupilas
me

d
i
b
u
j
a
s

Tan sólo la plegaria de mis caderas crucificadas
ofrendan el lecho de tu divinidad florecida;
llovizna de hilos de plata añorados
tejen la ilusión de la distancia que se aproxima.

Deleitada con tu aliento susurrando amores
navegas por el sabor de los pliegues de mi cama;
el paraíso de tu irremediable sed
se

e
n
t
r
e
g
a

Extendido en la tarde de mis huellas,
invadiendo mi presencia
-tus ojos en mis ojos-
-tu boca en mi boca-
acostumbrándome al vaivén de azules goces
c
a
e
s
en el río de la semilla de mi regreso,
-al otro lado de los sueños-
multiplicado en versos, que hoy te canto.

No hay comentarios:

Peces