jueves, 23 de abril de 2009

Conjugación perfecta

Así,
protegiendo tu sexo entre mis piernas,
saboreando el gemido de tu lengua.

Desatando el roce de mis muslos soñados,
encontrando el sitio de tu dorso,
exactamente abismado.

Así,
desparramando el líquido de mis pensamientos;
deseando la adicción de tu vientre seminal.

La fertilidad estampada en tu mano curiosa
buscando la flor de tu sentido carnal
en mi silueta que en tus dedos goza.

Así,
ensimismada en tu vocablo vagabundo;
respondiendo a mis pedidos lujuriosos.

Hembra en celo de las huellas de tu cama;
rompiendo la inocencia del cuello mordido
lamiendo el cielo de la estaca acompañada.

Así,
en vaivenes increíbles
en la fantasía de mil miradas.

Así,
tocándome,
penetrándome,
gimiéndote,
ahogándote.

Asesinando tu orgasmo en mi círculo de espasmos
castigándote con uñas en tu espalda,
con el grito de mi pecho perfecto.

Indiferente al entendimiento
de los poros sudados
de tu beso naufragado.

El sentido insano de la locura de tu ser
resumido en la paranoia del encuentro;
único espejismo de la noche dibujada
en el derecho de ser, irrefutablemente, mujer.

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Peces