martes, 26 de enero de 2010

Ni ángel, ni santa, ni virgen

No soy un ángel
ni pretendo entregar mi alma
a un señor de buen corazón;
la venderé al mejor postor,
al que sepa borrar la tinta que manchó mi vestido,
al que entienda que soy caprichosa,
que navego más allá del agua que me rodea,
que no temo partir mis brazos por la mitad,
y que no deseo convertirme en Santa.
La venderé al que me olvide cuando yo decida,
al que se broncee cuando llueva,
al que baile sin música,
al que sienta dolor cuando esté feliz
y al que se amarre a la cama sin aviso.
No soy ángel, no soy princesa,
no soy santa,
ni una virgen (,)* puta.

*Quien desee lo lee con o sin coma, queda a su gusto.

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