domingo, 9 de septiembre de 2012

...



Hoy me despojé y tuve miedo.
Irreconocible, déspota,
dañina ante la esencia.
Ya no sé lo que vi
ni lo que toqué.
Fui verbo coagulado,
sombra erecta
bajo el pretexto de eclipsar
el desgaste de su ausencia.
Me apoyé en los ojos
que se confundían con las paredes desteñidas.
Hoy me despojé y no tuve fe.
Fui cómplice de lo pendiente
y mis bolsillos se marcharon rendidos,
porque era demasiado temprano,
porque en ellos,
no cabían mis manos…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu poesía ha crecido mucho...

Es muy grato leerte.

Un abrazo!

Peces