Engáñame en el retroceso de los nubarrones
que se robaron el día desde mis pies,
fingiéndole al amor enclaustrado
-teñido de saliva y humedales-
el aliento bermellón de tus uñas.
Miénteme cuando no te queden excusas
y vacíes los bolsillos de tus manos solitarias,
cuando sea el concreto,
el único paisaje que inhales por los ojos.
Fíngeme al mecer mis caderas,
porque adoro que me engañes
y amo que me mientas.
1 comentario:
Buenas tardes... Conmigo la verdad,¡Tarea dificil!
aprender a amar,
unas veces con pasión,
otras con dolor,
aprender a amar el amor
Gracias por el sueño. Garsil
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